lunes, 1 de junio de 2020

Llegará septiembre, vuelta al cole ¿y?...

Termina este extraño y triste curso académico y ya empezamos a plantearnos que haremos en septiembre.

En mi caso, como responsable de la ludoteca de un colegio, me asaltan tantas cuestiones... 
Cuando hace 20 años me propusieron (tras siete en el comedor escolar) dar forma al proyecto, me planteé la actividad como un lugar perfecto para la socialización. 
Durante la jornada escolar, los alumnos pasan una cantidad de horas en el centro realizando actividades dirigidas. Pensé en usar el tiempo de la ludoteca (de 7:30 a 9:00) para que los niños y niñas pudieran disfrutar de un momento personal en el que poder comunicarse entre iguales, hablando de "sus cosas" con una intervención testimonial del adulto. Por las características de la actividad, todo esto tiene que realizarse en un ambiente relajado, sin juegos que  provoquen cansancio físico o estrés, pues eso haría que a media mañana, no estuvieran en condiciones similares que los niños que entran a las 9.

Llevo dos meses sin verles y les echo mucho en falta. No hay día que no piense en cómo va a ser la vuelta en septiembre pues me preocupa bastante.

Tres son los escenarios con los que nos podemos encontrar al inicio de curso 2020-21.

El primero y más deseado, uno en el que el virus haya desaparecido. Vuelta a la normalidad.

Segundo, el peor de los tres, un rebrote que impida volver a los centros. 

Y por último, uno en el que tengamos pocos casos y estén sanitariamente controlados. 
Este es el que me temo que puede ser el más probable y supone que tengo que pensar en cómo voy a plantearme la actividad.
Si una de las cosas que promuevo es la interrelación social ¿cómo lo hago si tienen que estar a dos metros? 
En una mesa se sientan seis compartiendo pinturas mientras se cuentan sus cosas. Dos juegan al ajedrez, bueno, mueven las piezas, porque cuatro espectadores más intervienen en la misma partida.
Si un peque de infantil sentado en el suelo está entusiasmado colocando piezas una sobre otra mientras otro se las va quitando. 

Es muy difícil  entender el juego o la socialización sin una proximidad física.
Una imagen que se me ha quedado grabada de este año es cuando una niña de 3 añitos se acerca a un peque, también de su edad, le hecha el brazo por la espalda y se lo lleva a jugar con ella. Verlos alejarse, juntos y abrazados fue un momento muy emotivo para mí ¿no voy a poder ver algo así a partir de septiembre? ¿la solución es que todos los niños y niñas lleven mascarillas higiénicas o quirúrgicas? 

Lo cierto es que, en este supuesto, no podemos tener en la biblioteca a los niños que ahora la usan, solución, o ponemos un tope de alumnos que pueden usar el servicio o usamos un espacio mayor (como el gimnasio) que tendríamos que acotar por edades y acondicionar ¿solo para ese momento del día? Es algo que se tiene que plantear el colegio.

Nos enfrentamos a lo incierto, no sabemos que ocurrirá dentro tres meses pero hay que trabajar en todas las hipótesis para hacer del curso una realidad académica viable. 

Cierto es que nada será igual.

Si algo ha evidenciado la pandemia es que nuestro sistema educativo necesita un repaso en profundidad que, definitivamente, lo coloque en el siglo XXI.

Todos los agentes que participan de la educación pedían una reforma educativa consensuada y perdurable en el tiempo, ahora se hace más que necesaria, imprescindible. 

Veremos si, los que tienen el poder de resolverlo saben estar a la altura.

1 comentario:

  1. 123velitas
    Completamente cierto, estoy en tu misma situación e incluso hay otra hipótesis que no empiecen servicio de ludoteca y comedor en Sept aunque sean servicios esenciales para ciertos padres que trabajan tantas horas para llegar a esa "normalidad" e incentivar la economía que a otros muchos se nos va a ver truncada.

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