domingo, 24 de septiembre de 2017

Cerrar una etapa:


Así es, se cierra una etapa muy bonita. Hace año y medio decidí incorporarme al coro de la parroquia.
Pasé mucho tiempo observando como tocaban las guitarras con un punto de envidia sana pues me gustaba cómo lo hacían, nunca toqué así, lo que pude aprender del gran guitarrista Alejandro Martín a los 12 años, era a tocar flamenco y clásico. 
Ha estas alturas ya lo tenía prácticamente olvidado.
Después de 30 años, afiné mi guitarra y tras una semana de nervios y ensayo en casa, buscando en libros e internet los acordes, ya que no recordaba ni cómo se llamaban, me presenté en el ensayo.
¡Vaya día! Más perdido que un urbanita en un bosque, terminé como pude pero con una sensación muy, muy especial.
Nunca había tocado ante gente, nunca con la compañía de otras guitarras y voces, nunca ese tipo de ritmos...
Pero la música es lo que tiene, te atrapa y quieres más, así fue, los primeros meses fueron duros por la responsabilidad, autoimpuesta, de no desentonar. 
Cada vez me equivocaba menos. Cada vez disfrutaba más.
Gracias al coro pero especialmente a Ramón (el director) Begoña y Rodrigo he ido creciento como guitarrista ¡cómo me lo he pasado tocando con vosotros! 
He hecho cosas que nunca imaginé. 
He llegado a tocar solo delante de mucha gente ¡qué experiencia! el corazón se te sale por los dedos y cada nota mal ejecutada te eleva la tensión un punto. 
He podido tocar a dúo con Rodrigo un chico apasionado de la guitarra del que he aprendido mucho, entre otras cosas a saber escuchar. ¡Qué bien me lo he pasado contigo Rodri!
He llegado a componer punteos que luego, gracias a Ramón he ejecutado con el coro con micrófono para mí guitarra, ahí, si te equivocas, sí que se nota. 
Me cargué de responsabilidad por un sentimiento de agradecimiento por lo que me estaban dando y quería aportar, sumar digo yo, lo que mejor se me da.
Hoy Ramón, Begoña y Rodrigo dejan el coro y yo con ellos.
Gracias a los miembros del coro por pedirme que me quedara, no tengo los conocimientos ni el tiempo suficiente para poder ayudar pero os lo agradezco y Carmen, lo vais ha hacer muy bien, te tienen a ti para darles un impulso.
Por último quiero dar gracias:
Begoña, Rodrigo un placer tocar con vosotros, lo dicho, he disfrutado mucho y me lo he pasado muy bien.
Jesús, gracias por insistir, insistir e insistir, pues al final, esto para mí ha sido como un regalo.
A mi familia, Merche y Carla, que han aguantado mis momentos guitarra en casa y los madrugones los domingos.
Y no puedo olvidar a Ramón, gracias por tu paciencia, por enseñarme a tocar, por tu confianza, por permitirme disfrutar de momentos inolvidables... muchas, muchas gracias.
Hoy se cierra una etapa, se abre otra...


domingo, 29 de enero de 2017

Pasión.

Qué maravilloso día el de hoy.
Ahora, en casa y descansando me he dado cuenta de que la palabra  "pasión"  ha estado presente en todo momento.

Por la mañana he tenido el placer de tocar la guitarra con personas apasionadas por la música, que dedican horas a la semana para preparar un buen repertorio, que se reúnen el sábado por tarde para ensayar y quedan una hora antes para que todo salga bien. Un privilegio formar parte del coro.

A la hora de comer hemos recibido la visita de uno de esos amigos que lo son de verdad, de los que cuentas con los dedos de una mano.
Es una persona que disfruta de cada momento de su vida.
Su pasión es vivir.
Disfruta de su profesión, de los cursos que le caen en las manos, de los paseos por la naturaleza, de los viajes, de los amigos... 
Una persona que siempre tiene un nuevo proyecto en el horizonte.
Da gusto tener amigos así, pues te motiván sin querer. Te hacen reflexionar sobre tu propia vida y que te replantees objetivos a corto y largo plazo.
Siempre es un placer poder estar un rato con el.


Y por la tarde nos hemos ido al cine, una película que estaba deseando visionar mi hija: "Ballerina".
Ha sido hermoso ver como se emocionaba (cayéndole alguna lagrimita) con las aventuras y desventuras de la protagonista, una niña cuya pasión, al igual que la de mi hija, es la danza.
Al acabar hemos conversado sobre que, en la vida, hay perseguir sueños y poner pasión para conseguirlos.

Lo dicho, un día completo, motivador, en el que he podido disfrutar de la compañía de buena gente, de un gran, gran amigo, y de mi familia. 

Las pilas cargadas para enfrentar la semana que viene.


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